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EDUARDO M. NAVARRO. PINTURA METAFORICA

 

Presentamos al artista argentino Eduardo Mario Navarro, el cual es un respetuoso médico, que durante toda su vida compartió su profesión con su pasión  por el arte. Cuenta con una trayectoria en su país como escultor, creador de fantásticas obras de madera de coihue y ciprés. Pero estos últimos años, al establecerse en España descubrió su pasión por la pintura, mostrando en sus obras un carácter vital, enérgico, dinámico, expresivo y aventurero.

 

En su trayectoria podemos describir que todo empezó por influencia materna ya que su madre, profesora de dibujo y música, poseía una fábrica de porcelana fría, donde él y sus hermanos, fueron aprendiendo como moldear y trabajarla en la empresa familiar. Años más tarde se atrevió a trabajar la madera realizando preciosas esculturas de ciprés y coihue, y donde se lanzó a construir su propia casa creando una magnifica y extraordinaria obra de arte. Finalmente encontró en la pintura una fuente de expresión para toda su energía y psique.

 

Al principio sus obras eran metáforas de la vida como el amor, el engaño o la envidia, donde perseguía un equilibrio entre su enfoque objetivo de la realidad y el irónico de la vida.

 

Durante un viaje a Madrid, donde puedo ver personalmente el Guernica, se quedó totalmente fascinado por la obra y estilo de Picasso, por lo que progresivamente su nueva etapa refleja sus influencias de dicho artista. Aunque también demuestra interés por otro gran artista español, Dalí, donde  se puede observar en algunos de sus cuadros toques que nos hace referencia del estilo de dicho pintor. Su hambre de conocer y ampliar su estilo hace que en sus obras muestren su propia marca, aunque podemos observar que entrelaza su estilo con el de muchos otros pintores, no de forma de réplica sino de admiración y respeto por estos.

 

También comprobó que aparte de ser de profesión pediatra con alma de pintor podía fusionar sus dos pasiones, y crear un mundo infantil con su serie de ilustraciones muy coloristas y adaptadas para deleitar a un grupo tan exigente como son los niños.

 

Igualmente podemos destacar su diversión por reutilizar utensilios comunes para crear unas magníficas obras, que él mismo denomina “Arte Callejero”. Da a conocer al observador su huella gráfica, su alma con los elementos que refleja cada detalle, y ese detalle que lo característica tanto son sus colores vivos.

 

Se podría decir que su pintura muestra un aire vivo, repleto de color y tonos que expresan una esencia sorprendentemente llamativa y fascinante. Una pintura energéticamente positiva, como puede destacar sus trazos, su amplia paleta de colores y su fuerza, el cual demuestra su imaginación y la necesidad de ofrecer un mundo lleno de luz.

 

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